Hoy en día el uso del término “viral” está cada vez más extendido para definir aquellas campañas de marketing que basan su éxito en la propagación del mensaje por parte del usuario hasta alcanzar un volumen de receptores inalcanzable por otros medios. La base que sustenta este tipo de campañas es la facilidad de que dispone el usuario para acercar cualquier contenido a cualesquier otro usuario a través de Internet.
Aunque por defecto se suele hablar de virales en aquellos casos en que el éxito de la campaña transciende ciertos límites, lo cierto es que el término viral, más que una referencia al alcance de una campaña exitosa hace referencia a la definición de una serie de técnicas orientadas a conseguir que el propio usuario actúe como vehículo para la difusión del mensaje. Opciones tan comunes como “enviar a un amigo” pretenden dar esta facilidad de propagación vinculada al e-mail. La clave en este caso es que la recomendación no parte de un departamento de marketing que pone en marcha un envío masivo de correos ,sino de alguien conocido. Esto conlleva dos beneficios:
- Máxima atención: si el mensaje llega de alguien conocido la atención que presta el receptor al contenido es máxima.
- Marca en segundo plano: dado que la mayoría se basan en el impacto visual, la sorpresa o el humor, la marca pasa a un segundo plano; ya no es un elemento publicitario sino un elemento lúdico que lleva asociada una publicidad.
Así, las reticencias de los usuarios hacia el mensaje publicitario se difuminan.
domingo, 11 de abril de 2010
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