La publicidad a través del correo electrónico sigue siendo la alternativa más eficiente y económica para desarrollar una campaña de marketing en la Red. Permite transmitir una información completa de forma rápida y, gracias a la tecnología actual, dicha información se puede vincular a soportes atractivos como vídeos etc. El e-mail, además, ofrece posibilidades de respuesta variadas: la mera contestación al mensaje, las opciones de registro como usuario o la compra directa en Internet del producto promocionado.
La posibilidad de vincular los envíos a bases de datos de clientes (y por tanto de personalizar dicha publicidad de forma rápida y económica) convierte al e-mail en la herramienta perfecta para entablar una relación con el cliente, ya sea éste un cliente consolidado anteriormente o un cliente potencial.
Dado que el e-mail compite por la atención del cliente junto al resto de mensajes y que, según Planet Feedback, el 78% de los usuarios perciben los e-mails publicitarios como un elemento negativo o spam indeseable, (sólo superado por los anuncios pop up, con un 82%), es clave que el mensaje permita identificar rápidamente de qué se trata (qué ofrece). Además de esto, se hace necesario desarrollar mensajes muy cortos que den al usuario la posibilidad de profundizar, si lo desea, mediante su vinculación con los sitios corporativos, micrositios u otros materiales informativos en Internet. En este sentido habría que afrontar su elaboración como si de un banner se tratase potenciando la concreción del mensaje e incidiendo sobre el producto y los beneficios que ofrece.
Al margen de la legislación existente sobre información de carácter personal y bases de datos, el consentimiento del usuario para recibir e-mails mediante una solicitud expresa debe ser considerada y abordada como una cuestión especialmente delicada: en ocasiones el interés que existe por parte del consumidor por una información concreta puede variar o desaparecer al cabo de unas semanas; por esta razón, siempre se le debe ofrecer la opción de darse de baja fácilmente de una suscripción de e-mail o de publicidades concretas y permitirle variar o gestionar nuevamente la recepción. La saturación de publicidad en base a un único consentimiento inicial puede resultar contraproducente. En el caso de baja, además de la importancia del servicio de confirmación de dicha baja, es interesante facilitar la información de cómo suscribirse otra vez, asumiendo que si el usuario tiene plena y fácil capacidad de elección la posibilidad de que vuelva a interesarse por la empresa es elevada.
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La verdad es que pensaba que el envío de correos electrónicos estaba pasado de moda, pero sigue siendo la herramienta favorita por las empresas y mientras no se conviertan en spam, creo que se podrá seguir utilizando como herramienta barata y para mantener la fidelidad.
ResponderEliminarUn saludo.